El Santo Rosario.
El Rosario es una meditación de los Misterios de la Vida de Nuestro Señor y de la Virgen María, alternada con la recitación del Padre Nuestro, Ave Marías y gloria.
El Santo Rosario concentra en sí la profundidad de todo el mensaje del Evangelio. Además es una de las formas más piadosas de hacer oración.
Es una oración sencilla que lleva a quién lo reza al centro mismo del misterio cristiano.
Es la oración de los pobres; no sólo por que puede ser practicada por los más humildes, si no también por que enseña los pasos hacia la sencillez.
El santo rosario es también una oración de contemplación. Los seres humanos, contemplamos constantemente la naturaleza, las flores, los bosques ,las mañanas, los atardeceres, las risas y llantos de los hombres, etc. ; pues el rosario es escuela de contemplación por que nos acostumbra a mirar sucesivamente un episodio de la vida de nuestro Señor con una actitud que produce gozo, sufrimiento, luminosidad y gloria.
La frecuente repetición del Avemaría, hace memoria del momento central de la vida de la virgen.
El rezo de esta piadosa oración, exige un ritmo tranquilo y reflexivo que favorezca en quién ora la meditación de los misterios. ¡Cada Ave María es una alabanza directa a Jesucristo!
La Rosa sin duda por su belleza es la reina de todas las flores, es la más hermosa de todas; la palabra Rosario deriva del nombre de esta bella flor, por eso cuándo rezamos esta extraordinaria oración, regalamos a nuestra amada Madre María una hermosa corona de Rosas.
El rezo del Rosario en la asamblea crea las condiciones de una especial y real presencia del Señor. El rezarlo en nuestras comunidades produce encontrar la confianza y la intimidad de hijos con nuestra amadísima Madre María.
Y por último la práctica del rezo del rosario en la soledad, en la quietud de nuestra alma, sin más testigos que Dios y la Virgen, produce estrechar los lazos de unión con Cristo Nuestro Señor.
En fin la práctica constante (Ojalá diaria) de esta hermosa oración produce grandes riquezas espirituales y estrecha la relación íntima tanto cómo, con nuestra Madre María, como también con Nuestro amado Señor Jesucristo. El Santo Rosario es cómo el termómetro de nuestra piedad, es una cuerda tendida entre el cielo y la tierra, que no deja que se pierda quien a ella se aferra , es el libro de los ciegos y los enfermos, es el custodio de la virtud de los jóvenes, es el consuelo de los ancianos, es el descanso del trabajador, es el compañero de viaje, es el escudo del combatiente, es el lazo más firme y fiable que une a la familia, es la confortación en la muerte.
Si nos convirtiéramos en propagandista del rezo del Santo Rosario, pasaríamos por la vida sembrando paz, amor, y belleza. El practicar esta oración es el dejarse moldear por la suave y santa mano de maría que utiliza como modelo a Nuestro Señor Jesucristo.
En el inmenso amor, que brota del sagrado corazón de María y del sagrado corazón de Jesús,
Atentamente
Jóvenes Marianos en Acción