viernes, 7 de diciembre de 2007

INMACULADA CONCEPCIÓN

A esta criatura predilecta entre todas, superior a todo cuanto fue creado, e inferior solamente a la Humanidad Santísima de Nuestro Señor Jesucristo, Dios confirió un privilegio incomparable, que es la Inmaculada Concepción.
Como consecuencia del pecado original, la inteligencia humana se tornó sujeta al error, la voluntad quedó expuesta a desfallecimientos; la sensibilidad quedó prisionera de las pasiones desarregladas; el cuerpo, por así decir, quedó puesto en rebelión contra el alma.
Ahora, por el privilegio de su Concepción Inmaculada, Nuestra Señora fue preservada de la mancha del pecado original desde el primer instante de su ser. Y, así, en Ella todo era armonía profunda, perfecta, imperturbable. Su inteligenia-jamás expuesta al error, dotada de un entendimiento, de una claridad, de una agilidad inexpresable, iluminado por las gracias más altas- tenía un conocimiento admirable de las cosas del Cielo y de la tierra. La voluntad, dócil en todo al intelecto, estaba enteramente vuelta hacia el bien, y gobernaba plenamente la sensibilidad, que jamás sentía en sí, ni pedía a la voluntad algo que no fuese plenamente justo y conforme a la razón.
Imagínese una voluntad naturalmente tan perfecta, una sensibilidad naturalmente tan irreprensible, ésta y aquella enriquecidas y super enriquecidas de gracias inefables, perfectísimamente correspondidas en todo momento, y se puede tener una idea de lo que era la Santísima Virgen. O mejor, se puede comprender por qué motivo ni siquiera se es capaz de tener una idea de lo que la Santísima Virgen era.

No hay comentarios.: