En su tradicional mensaje de Pascua Urbi et Orbi, el Papa Benedicto XVI pidió el domingo el fin de la injusticia, el odio y la violencia en todo el mundo, citando expresamente los casos del Tíbet, Darfur e Irak.El pontífice, que cumplirá 81 años el mes próximo, celebró la misa de resurrección ante decenas de miles de fieles a quienes no arredró la intensa lluvia que se dejó caer en la Plaza de San Pedro.Justo antes de que comenzara la misa, una tormenta de truenos competía con el coro del Aleluya, y el cielo, de por sí nublado, se oscureció aún más.
En su mensaje Urbi et Orbi (a la ciudad y al mundo), una vez finalizada la liturgia, el Papa condenó las “numerosas heridas que continúan desfigurando a la humanidad en nuestros días.“Estos son los azotes de la humanidad, abiertos y supurantes en cada rincón del planeta, aunque a menudo se ignoran y a veces se ocultan deliberadamente; heridas que torturan las almas y cuerpos de innumerables hermanos y hermanas nuestros,” dijo.
Sin duda la resurreccion de Cristo nos da la esperanza de que todo lo bueno, recto y perfecto no se acaba.
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