domingo, 6 de julio de 2008

AÑO PAULINO

El Papa Benedicto XVI convocó, durante la celebración litúrgica de la fiesta de San Pedro y San Pablo (29 de junio), un año jubilar dedicado al apóstol san Pablo, para recordar los dos mil años del nacimiento del apóstol de las gentes. La Basílica de san Pablo Extramuros, en Roma, fue testigo de la proclamación de tan importante acontecimiento. Esto sucedió durante las primeras vísperas de la solemnidad de los santos patronos de la ciudad eterna. «Este “año paulino” deberá celebrarse de manera privilegiada en Roma, donde desde hace veinte siglos se conserva bajo el altar papal de esta basílica el sarcófago, que por parecer común de los expertos y según una tradición incontestable conserva los restos del apóstol Pablo» .
En los primeros años de este nuevo milenio, contrario a nuestras esperanzas, el hombre parece hundirse, sin remedio, en un mundo donde el mal hace cada vez más ruido y daño, en un mundo donde el bien parece desaparecer y el mal multiplicarse por mil (guerras, injusticia, narcotráfico, inseguridad, desintegración familiar, etc.).
En este mundo y en este tiempo, el Papa con mayor insistencia nos invita a tener signos auténticos que nos den esperanza . Signos que nos muestren el rostro de Dios amoroso. Signos que nos inviten a seguir a su Hijo impulsados por el Espíritu.
Para promover el conocimiento de san Pablo, se está contactando a algunas casas editoriales para la publicación de algunos libros dedicados a los niños y una nueva edición de las Cartas del Apóstol de las Gentes y de los Hechos de los Apóstoles.
Los monjes benedictinos prepararán la «Lectio Divina» sobre los 87 capítulos de las Cartas de san Pablo.

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