Como «punto crucial» de este pasaje evangélico, el Santo Padre presentó desde la ventana de su estudio la Transfiguración como «anticipación de la resurrección, pero ésta presupone la muerte».«Jesús manifiesta a los apóstoles su gloria para que tengan la fuerza de afrontar el escándalo de la cruz, y comprendan que es necesario pasar a través de muchas tribulaciones para llegar al Reino de Dios», recordó.Recordando que en el pasaje evangélico se oye el eco de la voz del Padre que pide escuchar a Jesús, su Hijo predilecto, el obispo de Roma añadió: «Para entrar en la vida eterna es necesario escuchar a Jesús, seguirle por el camino de la cruz».De este modo, es posible llevar «en el corazón como Él la esperanza de la resurrección».Y haciendo referencia a su última encíclica «Spe salvi», «salvados en la esperanza», reconoció: «hoy podemos decir: "transfigurados en la esperanza"».De este modo, dijo, la liturgia presenta en la Cuaresma « toda la estructura de la vida cristiana, que consiste esencialmente en el dinamismo pascual: de la muerte a la vida».
Fuente: http://www.zenit.org/ Vaticano, 17/02/2008
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